lunes, 29 de agosto de 2011

El Proceso de Escritura Académica: Cuatro dificultades de la enseñanza universitaria

El texto de Carlino (2004) es un vivo ejemplo de los retos y equivocaciones que vive un estudiante en el momento de redactar un texto. En la actualidad, la mayoría de los estudiantes universitarios no tienen una enseñanza previa sobre cómo redactar un buen texto investigativo y su ignorancia se ve reflejada en los trabajos que presentan.

Este texto pretende analizar las dificultades de los escritores universitarios e inexpertos con el fin de mejorar las prácticas pedagógicas y por consiguiente, lograr una mejora progresiva de la calidad de los textos de los estudiantes y el disfrute de su elaboración, ya que para muchos, el escribir representa una tarea intimidante.

La autora sugiere cuatro puntos críticos o falencias dentro del proceso de escritura.  En primer lugar, los estudiantes no tienen en cuenta al lector en el momento de escribir sus textos, por lo que muchos universitarios no lo  abordan de una manera ordenada y entendible para sus lectores.  En alguna ocasión, pude escuchar de un profesor universitario que "los muchachos escriben como hablan", es decir, utilizan muchas veces un lenguaje coloquial que le restan importancia y respeto a su texto y a ellos mismos como escritores; además de no procurar un orden con el fin de que el escrito tenga un mayor entendimiento.  El segundo punto crítico en el proceso de escritura de los estudiantes universitarios es que no relacionan la comunicación que deben tener con el lector y el contenido del texto como tal, además que escriben los textos centrados en su punto de vista.     También, una falencia importante de los estudiantes universitarios es que hacen una revisión de sus texto muy superficial, sin darse la oportunidad de realizar un cambio estructural, ya que se encuentran "enamorados" de su idea principal.  Finalmente, los alumnos dejan su tarea a última hora, donde no queda espacio para un cambio o una revisión del texto, que es meramente ceñido a los autores consultados.

Las falencias estudiantiles que nos presenta la autora son, como lo dije al inicio, el vivo ejemplo de la realidad universitaria, ya que en más de una ocasión, he sido víctima de estos puntos débiles, he escuchado quejas de profesores e incluso los mismos estudiantes  se consideran malos escritores.  Pero como propone Carlino, el problema no es sólo responsabilidad de los alumnos, sino de la comunidad universitaria quien es la encargada de guiar y enseñar a los jóvenes. 


Todas estas dificultades están presentes en muchas de las etapas a la hora de escribir un texto, por ejemplo, en la etapa de representarse la tarea y ser consciente de a quién se le va a escribir y cómo se le va a escribir. Igualmente se encuentra en la etapa de textualización, evaluación y cambios; donde a falta de tiempo, los estudiantes finalmente presentan un texto pobre y sin una revisión previa que les haga caer en cuenta de sus errores.





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